Mariel fue una niña diferente.
Curiosa, inquieta demasiado independiente para una mamá muy convencional y conservadora.
Hizo su aparición como todo en su vida, entrando en escena fuera de tiempo, casi a medianoche y haciendo correr a todos una fría noche de un invierno, que no queria irse.
Mariel parecia tranquila. Sentada por horas nadie anticiparia que esta bebe iba a transformarse en doña hormiguitas en el traste.
Una mezcla que venia de la mano de una sonrisa permanente dibujada en su cara.
Parecía feliz, siempre contenta.
Eso si mientras le dejaran libre el espacio para que todo lo mire, observe e investigue.
Todo lo queria hacer sola.
Creció tan independiente, que aún siendo la menor de las hermanas su madre solía olvidarla cuando salían.
Mariel, entonces no podía darse ni cuenta, pasaron varios años para que pudiese entender que siempre quedaba colgada. Sola o acompañada.
Como aceptaba siempre lo que viniera, asi es como quedaba siempre última.
Su mente volaba por mundos llenando siempre su espacio aéreo...
Por eso es que seguía conservando su sonrisa.
Muy muy predispuesta a investigarlo todo, sus alrededores despertaban permanentemente su curiosidad. Odiaba las polleras y las medias de puntillas, los guantes blancos, y el largo pelo suelto cuando se enredaba entre las ramas, o se llenaba del pasto recien cortado.
Todo lo que interfería y detenía su paso, era cual un estorbo.
Jugaba desde que aparecía el sol hasta que se apagaba. Incansable, entraba y salia de su casa, cambiaba su ropa 20 veces diarias y mareaba a cuanto la viera hacerlo.
Mariel no daba trabajo, porque ella siempre estaba ocupada.
El trabajo era traerla de regreso al interior cuando el sol desaparecía.
Mariel no tenia muchas amigas. pero si un millon de amigos.
Sería porque le gustaba mas el poliladron que jugar con munecas mudas e inmóviles?
O sería porque le costaba estar peinada y sentada tomando el te en tacitas de porcelana diminutas?
Fuera como fuese, ella era terminante.
Jugar con mujeres era totalmente aburrido. Y mas complicado aún entender lo que decían y lo que había que interpretar, leyendo entre líneas.
Manualidades hacía pero con demasiada velocidad y bastante poca paciencia.
O sea las terminaciones siempre estaban mal terminadas..
Le costaba mucho permanecer callada, sentada, atenta o seguir las reglas de un juego, y quedarse hasta el final cuando era el turno del otro, o anotar del pizarrón antes que lo borre la maestra.
Impaciente empezaba a leer en la mañana y terminaba en la noche, vaciaba los estantes de la biblioteca, pero solo de las novelas de aventuras que alimentaban sus sueños.
Paradójicamente, tardaba semanas en leer una pagina de historia, eso porque no le interesaba obviamente, o porque no recordando lo que leia, evocar lo leido se tornaba una mision imposible.
Amante del aire libre, desafiando el clima, pasaba dias enteros investigando como vivían hormigas, y gataspeludas.
Subida al andamio que usaba el jardinero, amaba tirarse para ver de cuantas maneras diferentes caeria..
Sus ojos claros, su pelo oscuro y los hoyuelos en sus mejillas la hacian inconfundible!!!
Igual que las cicatrices en sus rodillas, que recordaban siempre algun aterrizaje sin amortiguacion.
Así crecio Mariel, llena de una energia incontenible. Peleando con el peine y el cepillo, con las medias y las polleras, las figuritas y los guantecitos blancos.
Pero como en el colegio, sus notas eran muy buenas, y su comportamiento disciplinado, Mariel no despertó jamás la mas mínima sospecha...
continuará.....
Norma Echavarría
copyright
30/8/11
Curiosa, inquieta demasiado independiente para una mamá muy convencional y conservadora.
Hizo su aparición como todo en su vida, entrando en escena fuera de tiempo, casi a medianoche y haciendo correr a todos una fría noche de un invierno, que no queria irse.
Mariel parecia tranquila. Sentada por horas nadie anticiparia que esta bebe iba a transformarse en doña hormiguitas en el traste.
Una mezcla que venia de la mano de una sonrisa permanente dibujada en su cara.
Parecía feliz, siempre contenta.
Eso si mientras le dejaran libre el espacio para que todo lo mire, observe e investigue.
Todo lo queria hacer sola.
Creció tan independiente, que aún siendo la menor de las hermanas su madre solía olvidarla cuando salían.
Mariel, entonces no podía darse ni cuenta, pasaron varios años para que pudiese entender que siempre quedaba colgada. Sola o acompañada.
Como aceptaba siempre lo que viniera, asi es como quedaba siempre última.
Su mente volaba por mundos llenando siempre su espacio aéreo...
Por eso es que seguía conservando su sonrisa.
Muy muy predispuesta a investigarlo todo, sus alrededores despertaban permanentemente su curiosidad. Odiaba las polleras y las medias de puntillas, los guantes blancos, y el largo pelo suelto cuando se enredaba entre las ramas, o se llenaba del pasto recien cortado.
Todo lo que interfería y detenía su paso, era cual un estorbo.
Jugaba desde que aparecía el sol hasta que se apagaba. Incansable, entraba y salia de su casa, cambiaba su ropa 20 veces diarias y mareaba a cuanto la viera hacerlo.
Mariel no daba trabajo, porque ella siempre estaba ocupada.
El trabajo era traerla de regreso al interior cuando el sol desaparecía.
Mariel no tenia muchas amigas. pero si un millon de amigos.
Sería porque le gustaba mas el poliladron que jugar con munecas mudas e inmóviles?
O sería porque le costaba estar peinada y sentada tomando el te en tacitas de porcelana diminutas?
Fuera como fuese, ella era terminante.
Jugar con mujeres era totalmente aburrido. Y mas complicado aún entender lo que decían y lo que había que interpretar, leyendo entre líneas.
Manualidades hacía pero con demasiada velocidad y bastante poca paciencia.
O sea las terminaciones siempre estaban mal terminadas..
Le costaba mucho permanecer callada, sentada, atenta o seguir las reglas de un juego, y quedarse hasta el final cuando era el turno del otro, o anotar del pizarrón antes que lo borre la maestra.
Impaciente empezaba a leer en la mañana y terminaba en la noche, vaciaba los estantes de la biblioteca, pero solo de las novelas de aventuras que alimentaban sus sueños.
Paradójicamente, tardaba semanas en leer una pagina de historia, eso porque no le interesaba obviamente, o porque no recordando lo que leia, evocar lo leido se tornaba una mision imposible.
Amante del aire libre, desafiando el clima, pasaba dias enteros investigando como vivían hormigas, y gataspeludas.
Subida al andamio que usaba el jardinero, amaba tirarse para ver de cuantas maneras diferentes caeria..
Sus ojos claros, su pelo oscuro y los hoyuelos en sus mejillas la hacian inconfundible!!!
Igual que las cicatrices en sus rodillas, que recordaban siempre algun aterrizaje sin amortiguacion.
Así crecio Mariel, llena de una energia incontenible. Peleando con el peine y el cepillo, con las medias y las polleras, las figuritas y los guantecitos blancos.
Pero como en el colegio, sus notas eran muy buenas, y su comportamiento disciplinado, Mariel no despertó jamás la mas mínima sospecha...
continuará.....
Norma Echavarría
copyright
30/8/11
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario es siempre bienvenido.