ADULTOS SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES

Si sos un adulto con dificultades en tu organizacion, pero no por exceso de tareas sino por que sos capaz de hacer complejo lo mas sencillo, tal vez puedas encontrar algunas cosas utiles aqui.
Si sientes que un motor esta encendido sin poder silenciarlo, o que tu motivación se escurre y te aburres demasiado pronto... Si haces mil cosas pero pocas terminas...

Si las listas de tareas incompletas te superan, si quisieras tener un mes más en el año porque jamás llegas a tiempo, tal vez aqui te encuentres.
Si olvidas tus llaves, tus telefonos, tus compromisos, lo que te han dicho o ibas a decir....la cara del mozo, el nombre de la mujer de tu socio....estas en el horno si sos un adulto. Pero puede que tengas TDAH.
Si te sientes irresponsable, avergonzado, humillado y por sobre todo desconcertado porque por momentos tu funcionamiento parece exactamente igual que el del resto....
Tal vez aqui encuentres una pista. Si recuerdas el link...
Aquí estoy para a ayudarte a que lo recuerdes. Te espero en este espacio, para que entres, leas, comentes, compartas con otros y siempre regreses por mas!
Nos vemos
Norma Echavarria
Médica Psiquiatra

viernes, 2 de diciembre de 2011

Mariel es hora de cobrar honorarios. Mariel VII

Mariel, dejó la Ginecología cuando estaba por poner su primer consultorio. Tanto sacrificio, un examen casi tres años enteros de estudio y de esfuerzo murieron junto con su entusiasmo.
Justo cuando tenía que empezar a ingresar dinero a la casa.
Justo cuando el plan era poner el consultorio.
Impredecible como siempre lo había sido, sentada frente a su marido, improvisó una charla como quien se confiesa un domingo antes de misa.
El necesitaba su ayuda. Económicamente con dos hijos y una vida de familia ya era mucho para quien sabía que su mujer era médica. 
Y estaban esperando ya la tercera.
Después de todo él había desistido del estudio, despues de varios años de intento. 
Trabajando tantas horas, no lograba entender la razón del cambio de planes. 
Creo que el también se sentía solo. 
Mariel era en eso otra niña en la casa. Eso si cocinaba, planchaba, pintaba, compraba, tejía y cosía la ropa de ella y de los chicos. Eso para ella representaba todo lo que no podía ganarse en dinero.
En estado de desilusión pero, sabiendo que nadie podría pararla una vez que decidía algo, nuevamente salió a apoyar el nuevo rumbo de la mujer que amaba. Mejor amarla que entenderla.


Así es como Mariel, se tomó un año sabático, buscó ayuda en la tía de su marido que era alguien que parecía hablar su idioma. Encontró apoyo en ella, y consejo. Mariel para algunas cosas tiene memoria. 
De ella me habla siempre que menciona sus comienzos. Se que actualmente siguen tomando tecitos. De vez en cuando. Porque a Mariel cuesta mucho agarrarla para que se siente.


Empezó con musicoterapia didáctica, una terapia, y a leer un libro que apenas lo vió ratificó su rumbo.
" La Fortaleza vacía " de Bruno Bettelheim. 
Sería psiquiatra de niños. a Mariel se le iluminó de nuevo la mirada.
Psiquiatra era ya Elena! Ella recién entraba y Elena ya terminaba.
Mariel, tuvo y que yo sepa tiene aún muchas cosas de este estilo, 
Siempre tomó las decisiones pateando tableros, cortando, dejando, cambiando, saliendo, liberándose de todo lo que la agobiaba, o la aburría, sin tener el plan de como seguiría luego.
Impredecible, e improvisada, siempre tras algunos movimientos mágicos encontraba un nuevo rumbo. sin plan obvio. Ella hacía todo sobre la marcha. El plan mas seguro, era su falta de plan.





Así tuvo que dejar a sus hijos con una niñera, viajar casi dos horas hasta llegar al Hospital nuevo, y empezar una terapia psicoanalítica que le ayudara a aclarar su historia. Hospital porque ella decía que no olvidaba que era médica.
Mas allá de la enorme inversión que su análisis implicara, lo único que sacó de este tramo fue volver a revivir escenas viejas, pasadas, que no podría cambiar pero que sirvieron para recordarle que seguía haciendo complejo lo sencillo, que su madre era experta en criticarla, y que nada parecía durarle demasiado.
Enterró al psicoanálisis, y siguió en búsqueda de algo que generase cambios, pues su experiencia en el psicoanálisis fue francamente nefasta.
Huyó del diván el día que la imbécil ( textuales palabras de mi amiga) que la trataba, frente a los interminables relatos de Mariel de todo lo que perdía...LE DIJO...como quien hace un juego de palabras...ASI VOS TAMBIEN PERDISTE UN HIJO!


Allí decidió huir y enterrar a la psiquiatra y a la terapia por largo tiempo. Hasta que encontró un horizonte adecuado. 
Jamás olvidó el daño que un médico puede generar a un paciente por su impericia y su inexperiencia. Y el dolor aún lo lleva en el alma. Porque Mariel será distraída pero es una madraza.


Por otra parte Mariel tenía un marido manso, y complaciente que se rindió frente a una mujer imposible de frenar cuando se le ocurría algo nuevo.  
Pobrecito, el esperaba ayuda económica, y Mariel generaba mas gastos.
Siendo su varoncito pequeño, recuerdo cuando llegó el momento en que se tuvo que topar con el trabajo. 
El, sentado frente a ella, claramente y casi sin escapatorias le dijo que necesitaba otro ingreso.
Ella buscó una guardia. Y seguramente hubiera trabajado mas feliz tejiendo almohadones, pintando cajitas, o haciendo fideos.
Aún recuerdo sus días de guardia. Llamaba llorando desconsolada extrañando a su bebe, y temerosa de recibir un paciente que implicara una intervención rápida y con certeza. Y ella se quedara en blanco.
Ella caminaba por los pasillos con machetes de los nombres comerciales de los medicamentos. 
Aún pasado un año de recetar lo mismo, no lograba recordarlos. Menos las presentaciones, cápsulas, comprimidos, gotas... Ella sabía perfectamente las drogas, solo que a los pacientes no les serviría de nada en las farmacias. Las fechas, seguían la cronología que su cabeza marcaba. Siempre cambiaba los numeros, o equivocaba los datos.
Eso la estresaba casi tanto como escribir en historias clínicas, cuadernos de enfermería, recordar las habitaciones en las que entraba, o salía. 
Mariel se perdía en el sanatorio, en el hospital, en la calle.
Mariel y su dispersión eran un karma para todos. Terrible para ella siempre. Por eso es que Mariel no quería responsabilidad laboral ninguna.
De Elena, su gran amiga,  heredó el que fuera su primer trabajo. 
Médica de reconocimientos en la Municipalidad cerca de su casa. 
Era poco tiempo, una pavada le dijo Elena. 
Lo que Elena ignoraba eran los malabares internos y externos que Mariel atravesaba cada día que se hacía cargo.
Por otra parte no le gustaba un trabajo tan aburrido. Motivacion 0.0
Para ella, una planilla era una tortura. Llenar en el renglón equivocado, era volver a la casa de los pacientes, para que firmen nuevamente. Irse de la Municipalidad, un alivio.
Trabajar no era lo difícil. Lo que venía asociado a los papeles, a los nombres, a las fechas era para ella el calvario.
Mariel, amaba hablar con la gente, y escuchar todo lo que les pasaba. Mariel siempre fue cálida y muy sencilla frente a los pacientes.
Los llamaba por el nombre de pila, les traía alfajorcitos caseros, y los visitaba cuando nacían sus hijos.
Como lo hacía también Elenita. Las dos eran juntas como un par de niñas de fiesta, con matrícula de médicas.
Las dos sabían que eran diferentes, serlo era lo que las unió para siempre.
Elena, sin embargo era una pequeña máquina registradora.
 Ella sin ningún problema llenaba su agenda de pacientes y atendía de sol a sol. Y ganaba su plata sin ningún esfuerzo, y ahorraba como las hormiguitas lo hacen con las hojas.
Mariel, nunca supo cuanto tenía en la billetera, mas vale así porque perdió su cartera con todo lo que había adentro tres veces seguidas. Lo sé porque tiene aparte su DNI por triplicado.
Olvidada en alguna silla, colgada en el cochecito ajeno, creyendo que era el de sus niños, en el mostrador de algún negocio, o simplemente sin registrar en que tramo de sus larguísimos derroteros se había extraviado.
Inocente, ingenua, distraída. Y estudiante cronificada.
Ad Honorem? Todo. Eso sí era divertido. La plata le generaba cosquillas feas.
Finalmente y a los golpes, puso su primer consultorio. Esperó allí sentada casi 5 años de estudio.
Elena ya estaba por el tercer viaje al Caribe. Ella, vivía estudiando y especializandose en otra carrera. Y festejándole cumpleaños divertidos a los chicos, que habían crecido, y ya se habían cambiado de escuela. 
Cuando Mariel decretó que era tiempo de mudarse.
Años después quien lo diría no?


Me preguntan por Mariel ahora?

Mariel, ...creo que está volviendo de USA. 
O está acaso en España?
Cobrar? 
Ah si aprendió cuando no le quedó mas remedio, y me dijeron que con ganarlo no tiene mas problema. Solo que se las ingenia para trabajar tres dias pos semana.
Gastando, en eso siguió mejorando, y cómo!
Es lo mejor que hace.
Pero eso no implica que tenga todo resuelto...recordar su historia de vida sigue siendo casi un pasatiempos...


continuará.....
Norma Echavarría
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