Tener un papa hiperactivo,cuando uno es chiquito, es tremendamente divertido.( Lo digo porque esta es parte de mi historia)
Todos los dias proyectos diferentes, viajes inesperados, amigos y mucha pero mucha energia disponible para jugar.
Despertandose siempre temprano, haciendo una pila de tostadas, empezaban los dias.Canchita de futbol, parque preparado para transformarse en una cancha de voley en el momento en que fueramos doce...con la salvedad de que eso sucedia muy pero muy seguido y despues de cada partido con mis amigos nada del pasto que a mama tanto le gustaba quedaba vivo. Sendos agujeros de tierra pelados, marcaban el paso de mi grupo de amigos adolescentes.
cumpleaños con carreras de embolsados, con hamacas que aun hoy estando aqui me impactan ,especialmente construidas para transformar un jardin en una plaza!!!! Patos, perros, y hasta una oveja!!!!
Una niña torbellino, como lo era entonces literalmente y un padre que combinaba haciendo juego...Pero una madre a la que le hubiera gustado ir al cine, o tener una tarde calma de te con masitas, creo que nunca pudo. Ella terminaba de decorar un cuarto, detras venia mi padre con una nueva idea que generaba nuevamente polvo.
Una casa que estuvo siempre en permanente cambio. No nos mudamos demasiado como muchas familias con TDAH hacen, vivimos en la quinta despues de cumplir yo mis 7 años.
Pero era casi igual que mudarse.
Papa agregaba techos, sacaba paredes, sumaba cuartos, cambiaba y remodelaba pisos, cocinas todo siempre a medida de las necesidades familiares.
Esas que el veia.Porque la consigna jamas era poder sentarse, fin de semana equivalia a obra, cambio y obviamente mantenimiento de los sumados m2 que hacian mas y mas dificil la vida contemplativa.
La mirada fija del viejo, se tornaba en columnas y losas, para agrandar una casa que seguia creciendo involuntariamente...
Albañiles, ellos eran si los invitados permanentes de mi querida quinta. 3400 mts de parque, siempre impecable,...salvo donde se colgaba la red de voley....
Mientras mi madre enceraba los patios, nosotros patinabamos y haciamos guerras de mangueras....y papa siempre prendido....
Obviamente si yo hubiera estado casada con este señor tan ocupado, me hubiera sentido un poquito sola.
Pero me toco vivir una vida de la que jamas podre olvidarme. Creo que mi madre tampoco.
Nosotros desordenabamos todo, y ella corria detras nuestro protestando y limpiando.
Hoy estoy sentada con ellos, 83 y 86 años. Aqui afuera en mu hamaca de la infancia.
Papi esta dando vueltas de un sitio para otro, buscando las cosas que siempre deja a su paso, simultaneamente accionando en varias tareas que olvida luego y mi mama detras sigue quejandose a la espera de que puedan sentarse.
Ninguno de los dos ha cambiado.
Norma Echavarria
Copyright
18/6/2011-
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