De carroza a zapallo

No es realmente claro cuando pasamos en una pareja, de la primera etapa del enamoramiento a la que sigue.
Si el tiempo es adecuado, las etapas se suceden en transiciones que son metamorfosis tolerables.
Una relación inicialmente intensa, suele basarse en un componente de atracción, parecidos, elementos comunes, o complementarios, y mucho deseo de compartir cada segundo del día. Todo lo nuevo es atractivo.
Entusiasmo, energía aplicada al otro, no permiten retomar el ritmo previo, ni cotidiano.
Tampoco permiten ver aquellas cosas negativas o lo que luego serán los defectos que habrá que aceptar para seguir creciendo.
Pero es allí donde surge parte del pronóstico de mal tiempo.
Cuando el brillo se va opacando, la novedad cede, y ese otro puede ser visto mas claramente, no suele ser fácil compartir la dinámica en la pareja. Pero este proceso,  es realizado paulatinamente en todas las relaciones, no estamos pensando que solamente sucederá en sujetos con Déficit Atencional.
Saber prestar atención a los indicadores, señales que permiten esbozar aquellas conductas disfuncionales,  también requiere de un tiempo de conocimiento que permita hacerlo.
La falta de proyección al futuro, hace que aparezcan obstáculos recién visibles a ellos cuando muchas veces ya el hecho está consumado.
Y entonces lo que debiera ser paulatino se torna en la corrida de Cenicienta a las doce de la noche. Y el la carroza que transportase el romance se torna zapallo.

Lo que sucede es que la dificultad que el TDAH impone en lo cotidiano impacta e invade la vida de quien convive con ellos.
Muchos sujetos con TDAH se involucran con ese otro que sigue siendo un desconocido, atravesando etapas apresuradamente.

Muchos son los problemas que transforman esos añorados días románticos en escenarios de peleas y tóxicas miradas de reproche mutuo.
Uno se siente arrastrado involuntariamente, el otro siente la angustia del reclamo.
Al pasar el enamoramiento que disimula y genera aceptación a cualquier conducta, aparecerán los problemas.





Llegadas tarde. Cambio de planes inconsultos. Desgano. Desorganización. Descuidos, olvidos y pérdidas. Fallas en el compromiso adquirido.
La espontaneidad, si fuese así considerada pasa a ser inmadurez.
Quien fuese seducido por el hechizo del encanto podrá ver como quien ejerció de encantador de serpientes, lo hace, pero con otra persona.
Desapariciones , y excusas. Dependencia y sobrecarga de tareas. Mentiras. Inestabilidad y conductas impredecibles. Mal manejo del dinero. Deudas. Falta de planificación en el futuro.

Lo que fuera el escenario de la conquista, pasará a ser uno de revelaciones, en la mayor parte desilusionando a quien estuvo eclipsado desde el inicio.
Falta de cuidado en los detalles. Dificultad para coordinar actividades que son parte de lo cotidiano.
Postergaciones, el famoso mañana lo hago pasa a ser un mensaje al otro, que lo condiciona y que lo deja solo al frente de todo, o casi.
Según como sean las características de cada sujeto, y la expresión de las dificultades en la conducta, será también condicionada la atracción que inicialmente se ejerza.

Quien es espontáneo, fresco, activo, intrépido, amante de los cambios, y de los riesgos, pudiendo o no ser desordenado, seguramente combinará muy bien con alguien muy serio, comprometido, medido, obsesivamente organizado. Un buen complemento al parecer, ambos desean lo que adolecen.

Pronto quien es espontáneo, recibirá los reclamos por inmadurez y falta de compromiso, y en su interior a su vez sentirá el peso de la asfixia del control de quien pretende adueñarse de su libertad y estilo.

Y entrarán así diferentes opciones en escena.
Esas son algunas de las que veremos en cada capítulo de esta segunda parte.


I. Uno es disfuncional, y el otro es quien lo compensa. Lo ayuda, sintiéndose valioso y útil, pero mantiene una relación de dependencia y la vivencia de desvalorización en su pareja. Se cansan, se angustian. Tarde o temprano pasan la factura por los servicios prestados.


II. Uno es disfuncional y el otro es quien pretende cambiarlo. Quejas, reclamos, y discusiones. su sentimiento es de enojo y de rechazo. La desvalorización llega en forma de agravios, viven en pie de guerra.


III.  a) La situación II, puede ser diferente en la interacción. 
Uno es disfuncional y se sentirá inhabilitado y dependiente. Su temor será que su amo lo abandone.
Un sujeto pasivo, recibirá los correctivos, los reclamos, las quejas, la humillación, la burla, en silencio. Cederá sus deseos, se arrepentirá de sus errores sin entenderlos, sin intención de generar problemas incrementará la autocrítica destructiva y sentirá culpa, vergüenza y miedo. Falto de carácter, le costará tomar una posición clara para evitar el conflicto. Vivirá creyendo que es deficiente, inmaduro, dependiente y merece el destrato.

III.  b) La situación II donde el reclamo, genera francos tiroteos.
Uno es disfuncional pero no tendrá registro de ello. Llevará consigo la bandera del poder, que se recrea en la pelea, el odio, y la tensión y el debate pasa a ser un entretenimiento y un estímulo.


Peleas, confrontaciones, careos eternos. Batallas por imponerle al otro razones, por querer ganar ambos la pelea juntos pierden la pareja.
Imposibilidad en la comunicación los lleva en el mejor de los casos, a aislarse uno del otro, para evitar discusiones que se inician con el saludo.
Personalidades fuertes, donde el agravio, el insulto, el destrato es el segundo acto de un romance increíble. Caras que marcan territorios dominantes, gestos, juego de poder y liderazgo enfrentan seres, ambos inseguros.

IV. Aceptación, admiración y tolerancia. Estos son los casos que no fracasan. Una vida donde ante la aparición de comportamientos disfuncionales, por flexibilidad, o por adaptación ante el entendimiento, ambos sujetos crecen y superan sus problemas con el trabajo y el amor cotidiano. 
Se complementan, se ayudan, se entienden sin juzgar ni personalizar las conductas problema.

Es el objetivo que la psicoeducación y la información acerca de como impacta en Déficit de Atención en los sistemas familiares, ayude a mejorar la convivencia y disminuir la insatisfacción en la pareja.
Con el amor no basta, dice el título del mejor libro de Aaron Beck, que me llegó tarde.
Y siempre son dos los personajes de una historia.

Norma Echavarría
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14/05/2011